Max Weber o el enigma emocional del origen del capitalismo

Autores/as

DOI:

https://doi.org/10.5477/cis/reis.95.9

Palabras clave:

Capitalismo, Sociología de las emociones, Tesis weberiana, Teoría sociológica

Resumen

Un minucioso análisis metateórico de las teorías sociológicas elaboradas por los sociólogos
clásicos revela el hecho, sorprendente para la mentalidad «moderna» de los sociólogos que les
han sucedido, de que la estructura teórica de cualquier teoría sociológica resulta a la postre ininteligible
si no se consideran las emociones implicadas en los fenómenos sociales que tales teorías
tratan de explicar o comprender.
La afirmación precedente puede constatarse en La ética protestante y el espíritu del capitalismo,
de Weber, una de cuyas claves explicativas resulta ser la humillación que la doctrina protestante
proyecta sobre sus fieles. Weber sostuvo que el dogma de la predestinación, esto es, la imposibilidad
humana de conocer los designios divinos, está en la base de la emergencia del ethos capitalista.
Incapaces de saber si alcanzarían la salvación extramundana, angustiados por esta absoluta
falta de certeza, los calvinistas encontraron en el éxito intramundano tanto una especie de señal
sobre los designios divinos como un remedio para calmar su profunda angustia. Lo importante
para Weber, sin embargo, no eran los contenidos cognitivos del dogma de la predestinación, sino
el estado vivencial en el que éstos ponían al creyente. Una idea es incapaz de tener efectos en la
conducta si no es mediante la modificación de algunos estados emocionales del sujeto.
La angustia, sin embargo, es un sentimiento demasiado genérico e indefinido como para
conocer sus efectos conductuales. Un detenido análisis del enorme contenido emocional presente
en la obra de Weber revela que la angustia a la que siempre se refiere es la angustia provocada
por la humillación del hombre. El Dios que dibuja la doctrina protestante proyecta sobre el hombre
una triple humillación: nada puede saber sobre su designio futuro (humillación cognitiva);
no merece ningún respeto ante Dios (humillación valorativa); y no tiene ningún derecho a la
felicidad (humillación emotiva). No es extraño, por tanto, que el ser humano buscase un nuevo
Dios en el que recuperar su orgullo. Éste fue, precisamente, el ardid de la razón sobre el que se sustentó el radical cambio de valores que dio lugar a la emergencia del capitalismo. Seres humanos
que adoraban por encima de todas las cosas a Dios, acabaron adorando al Becerro de Oro.

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Publicado

2024-02-21

Cómo citar

Bericat Alastuey, E. (2024). Max Weber o el enigma emocional del origen del capitalismo. Revista Española De Investigaciones Sociológicas, (95), 9–36. https://doi.org/10.5477/cis/reis.95.9

Número

Sección

Estudios